Técnicamente, la nube, viene del inglés Cloud computing: es el nombre que se le dio al procesamiento y almacenamiento masivo de datos en servidores que alojen la información del usuario. Esto significa que hay servicios, algunos gratuitos y otros pagos, que guardarán tanto tus archivos como información en Internet.
Otra forma de ver a la nube es como una conexión a un servicio que ofrece poder de cómputo y procesamiento, análogo a servicios como luz y agua, donde una casa no requiere de generadores de luz o bombas de agua para consumirlos.
Pero por si aún no te queda claro, en términos muy prácticos, la computación en la nube son servidores en internet corriendo servicios web encargados de atender tus peticiones en cualquier momento.
La idea detrás de todo esto nace en el acceso instantáneo y en todo momento a tus datos estés donde estés y a través tanto de dispositivos móviles (teléfonos inteligentes, tabletas, etc.), como de computadoras de escritorio o notebooks.
Lo mejor de todo es que la nube no fue creada para personas expertas en tecnología, sino para el usuario final que quiere solucionar las cosas de manera rápida y simple. Por ese motivo la mayoría de los servicios que hacen uso de esta tecnología son de lo más fáciles de usar.
Tu e-mail es el mejor ejemplo de servicios en la nube porque tus correos, archivos adjuntos, contactos, etcétera, están en un grupo de servidores en internet y puedes usarlos desde cualquier lugar.
La gran ventaja de este tipo de servicios es que hoy en día ya no tienes que cargar con esos archivos en tu dispositivo portátil o en tu computadora de escritorio. Cuando necesitas consultar un e-mail, abres una página web y lo buscas, pero esos archivos no viven en tu computadora.
Ha que no lo sabías ;)
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